El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) Casilda explica las diferencias entre estos conceptos y por qué no es lo mismo hablar de uno u otro. Además, una descripción acerca de la Agricultura de Conservación.

Un ejemplo de la realidad de nuestro distrito Casilda será suficiente para aclarar por qué no es lo mismo decir crecimiento económico, desarrollo económico y desarrollo sostenible. Se podría decir que al sembrar más superficie y obtener mayor rendimiento por hectárea tendríamos un crecimiento económico. Pero si esos granos de maíz, de trigo y de soja fueran transformados en “productos finales”, como pastas secas empaquetadas; coteletas de cerdo, limpias y envasadas al vacío o cortes de carne vacuna trozada y empaquetadas; biodiesel o bioetanol, estaríamos frente a un proceso de desarrollo económico, con la cantidad de intercambios y agregado de valor que se le dio en cada paso de transformación del producto primario. Y recién estaríamos en un proceso de desarrollo sostenible si todos esos procesos se hicieran respetando el ambiente, aplicando energía limpia, sin contaminar y además repartiendo equitativamente el valor de lo agregado entre toda la población, participante directa o indirecta en los procesos.

Agricultura de Conservación y desarrollo sostenible: La Agricultura de Conservación es una forma de practicar la agricultura que puede contribuir o no al desarrollo sostenible. El desarrollo sostenible (y no sustentable) implica que la sociedad que lo experimenta funciona en tres ejes simultáneos: la eficiencia económico-productiva, el equilibrio ambiental y la equidad social. A su vez, “la forma” en que la sociedad transita esos tres procesos puede hacerse por aceleración evolutiva o por modernización refleja (o actualización histórica). La primera ocurre cuando la sociedad, por sí misma, encuentra el camino de evolucionar hacia formas superiores de relacionamiento de sus integrantes, más complejas. La otra, la modernización refleja, ocurre cuando una sociedad se mueve por “reflejo” de lo que ocurre en otras sociedades, repitiendo con mayor o menor éxito o fracaso el recorrido hecho por otras sociedades, no por mecanismos de decisión propios. Es por ello que decimos que la Agricultura de Conservación puede o no contribuir al desarrollo sostenible, lo mismo ocurre cuando se practica la agricultura agroecológica u orgánica. Carece de sentido adjetivar con la palabra sostenible (o peor con sustentable) a cuanto producto o proceso ande por ahí, para contribuir a “ablandar” su origen.

Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) Casilda.

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