No sólo se trata de producir, sino también de transportar lo que se produce

Argentina es un gran productor y exportador de granos. Su exportación se encuentra concentrada en pocos puertos, ubicados sobre el río Paraná o sobre la costa atlántica de la provincia de Buenos Aires. Para poder movilizar estos millones de toneladas de granos, es fundamental contar con un sistema de transporte económico y eficiente.

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Los países que reúnen características similares a nosotros cuentan con sistemas ferroviarios y de transporte fluvial muy desarrollado, como es el caso de Brasil, EEUU y Canadá. Lamentablemente en Argentina ésto no sucede. La mayor parte del transporte se hace por medio de camiones que encarecen fletes, destruyen rutas y son uno de los responsables de la altísima tasa de accidentes. Sin embargo, en Argentina ésto no fue siempre así. En los primeros años del siglo XX existían más 50.000 Km. de vías y miles de estaciones distribuidas en toda la geografía nacional. En la década del ‘40 se produjo la estatización y el desarrollo de los talleres ferroviarios, pero a fines de los años 50 y principios de los 60 comenzó un proceso de marcado deterioro de los ferrocarriles. Este deterioro surgió de decisiones políticas y/o económicas que en su trasfondo reflejaban una aguda disputa de intereses. Poderosas empresas, en su mayoría extranjeras, vinculadas al transporte terrestre, como automotrices y fábricas de neumáticos lograron imponer sus intereses en desmedro de los ferrocarriles y del interés nacional. Este proceso de deterioro tuvo un nuevo impulso en la década del ‘90, con la política de privatizaciones.

Situación similar a lo sucedido con los ferrocarriles ocurrió con el transporte fluvial. Hoy en día, el 90 % del movimiento de granos por el río Paraná lo hacen flotas extranjeras, principalmente paraguayas. Intentos recientes de reactivación del sistema ferroviario se realizaron con escasa vinculación con la industria nacional y con fuerte dependencia de la compra de locomotoras, vagones y durmientes provenientes de China.

Argentina puede y debe aumentar su producción agropecuaria, promover el agregado de valor en origen y necesariamente desarrollar un sistema de transporte eficiente, que contribuya a bajar el costo de los fletes, privilegiando en su recomposición a la industria nacional.

Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) Casilda

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