Referente mundial en la lucha por los Derechos del Niño, fue elegida por la Escuela de Danzas Isadora y la profesora de yoga Nora Haridi para disertar el jueves 2 de noviembre, desde las 20,30 hs., en el Teatro Dante. La entrada constará de la donación de un alimento no perecedero para Acadin.

La Escuela de Danzas Isadora y la profesora de yoga Nora Haridi eligieron a Gabriela Arias Uriburu para que brinde una charla testimonial en el Teatro Dante, el jueves 2 de noviembre, a partir de las 20,30 hs.

“Elegimos a Gabriela porque es un ejemplo de lucha, y por cómo logró transmutar una historia que podría haberla sumido en el odio, y a través del amor pudo defender a sus hijos, entender al padre de sus hijos, para hoy lograr tener contacto con sus hijos”, contó Silvia Ferrara, una de las titulares de Isadora.

La charla es abierta a todo público y se solicitará la colaboración de un alimento no perecedero para donar a Acadin. Gabriela llevará ella misma esos alimentos el día después de la charla y compartirá un desayuno con los chicos y las mamás que asisten a la institución.

Gabriela Arias Uriburu se casó en Guatemala, en 1991, con Imad Shaban. Tuvieron tres hijos, y en 1997 Gabriela planteó su decisión de divorciarse ante la Justicia Civil guatemalteca, la cual además le otorgó la tenencia de los tres niños. Sin embargo, el 10 de diciembre de 1997, Imad Shaban, ilegalmente sacó a Karim, Zahira y Sharif de Guatemala, y se radicó con ellos en Jordania, su tierra natal, donde residen hasta la actualidad.

Frente a esta tragedia, Gabriela llevó el caso a los Foros Internacionales, y logró importantes avances en materia de legislación y tratados. Se convirtió en una referente mundial en la lucha por los Derechos del Niño, y creó la Fundación Foundchild para atender casos similares, trabajando en pos de los niños.

En la actualidad, Gabriela llegó a un final exitoso y de acercamiento con sus hijos. Su familia transita un nuevo camino, cultivando salud física y emocional, creando caminos de superación e instando hacer posible la vida.

La travesía de Gabriela la llevó a tener una forma de expresión particular, trabajó sin cesar sus recursos y herramientas, forjando su ser en valores integrados, con una cosmovisión amplia y un compromiso singular.