Fue cantante, actor, ídolo popular, ícono fundamental para el Rock and Roll y la cultura del S XX. Cuando falleció tenía 42 años y se encontraba en la cima de su fama.

“There must be lights burning brighter somewhere”

A los 42 años y en la cima de su fama, el 16 de agosto de 1977, murió Elvis Aaron Presley, cantante, actor, ídolo popular, ícono fundamental para el Rock and Roll y la cultura del S XX.

Muchas son las hipótesis que se tejen alrededor de su fallecimiento -ataque al corazón, sobredosis, asesinato por parte de la CIA-, e incluso están quienes sostienen que no murió: “Elvis está vivo/ me lo dijo un amigo/ cuando el sol comenzaba a caer./ Está en el cuarto forrado/ de leopardo dorado/ se queda viendo su propio funeral”, dice una parte de la canción escrita por Calamaro.

Como la vida de toda persona desdimensionada de su obra, la vida de Elvis está llena de curiosidades: Se reunió con Richard Nixon, entonces presidente de Estados Unidos, y le solicitó ser un Agente Federal Encubierto, para “combatir la droga y el comunismo”; únicamente actuó cuatro veces fuera de Estados Unidos: tres en Canadá y una en París; cuando se convirtió en estrella, contrató al sastre de Frank Sinatra para que creara sus capas que eran una imitación del Capitán Trueno; 180 fueron los millones de dólares que recaudaron sus más de 30 películas; pocas horas luego de anunciada su muerte, un hombre con rasgos similares a los de Elvis compró un pasaje de avión a Buenos Aires, pagó en efectivo y se dejó llamar John Burrows (alias utilizado por Presley); alrededor de 700 son las grabaciones adjudicadas el Rey del Rock; desde su primer álbum, en el año 1956, se editaron alrededor de 20, contando los póstumos.