Pianista y director de orquesta. Se dio el lujo no sólo de interpretar temas de Piazzolla, sino de hacerlos bailables sin degradarlos, y también de musicalizar dos poemas de Jorge Luis Borges: “Milonga para Albornoz” y “Milonga para los orientales”.

José Basso fue pianista y director de una gran orquesta de tangos en la que cantaron Floreal Ruiz, Francisco Fiorentino, Jorge Durán, Oscar Ferrari y el gran Alfredo Belusi, uno de sus fueyes fue Eduardo Rovira, Hugo Baralis estuvo presente con su violín y en el chello contó con la presencia de Leopoldo Marafiotti. Dicen que le gustaba el fútbol y reunía condiciones para ello y en algún momento -se afirma- jugó en la primera de Boca, pero lo seguro es que dejó la pelota por el piano.

Fue una orquesta notable que se mantuvo durante décadas convocando multitudes en los clubes, brindando funciones en los elegantes locales nocturnos de Buenos Aires, realizando verdaderos conciertos en la radio y, a la llegada de la televisión, conquistando a la platea con el ritmo de su orquesta y ese toque suyo de tocar el piano de pie.

Aprendió a tocar el piano de pibe y no había dejado los pantalones cortos cuando ya estaba entreverado en los escenarios. A los diecisiete años integraba la orquesta de Emilio y José de Caro. Poco tiempo después lo vemos en el trío en el que participan también Gallardo y Ayala. Con Troilo rindió las asignaturas necesarias para iniciarse con orquesta propia, ya que estuvo con Pichuco 4 años hsata que en 1947 se decidió a dirigir su propia orquesta.

Basso se dio el lujo no sólo de interpretar temas de Piazzolla, sino de hacerlos bailables sin degradarlos. Es el caso de “Adiós Nonino”, “Contratiempo”, “Prepárense” o “Triunfal”. También se dio le lujo de musicalizar dos poemas de Jorge Luis Borges: “Milonga para Albornoz” y “Milonga para los orientales”. Grabó 221 tangos, 10 valses, quince milongas y una canción, además de 86 temas instrumentales. A sus condiciones de pianista y director, le sumó las de compositor. Pertenecen a su autoría, entre otros “Me están sobrando las penas”, “Rosicler” y, “Mundana”.