15/01/2002 - Segundo Casildazo

En el país se vivían días de intensos reclamos tras un largo período de políticas neoliberales que tuvo como consecuencia el incremento del nivel de desocupación y de indigencia en la población. En Casilda, los vecinos mostraron una masiva reacción de manera organizada.

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En el país se vivían días de intensos reclamos ante la asfixia financiera que era provocada por el Corralito de Cavallo, el avance de los remates por deudas hipotecarias que se habían tornado impagables ante la situacion económica, la caída del poder adquisitivo y la pérdida de empleos ante los cierres de fábricas y comercios. Todo un contexto que se vio agravado tras un largo período de políticas neoliberales y de privatizaciones de empresas estatales que tuvo como consecuencia el incremento, año tras año, del nivel de desocupación y de indigencia en la población argentina.

Casilda no era la excepcion y sus ciudadanos se fueron organizando, tanto como para frenar los remates como para reclamar por sus ahorros y por sus fuentes de trabajo, como lo hacían periódicamente los obreros de la empresa Gherardi.

En una de las marchas previas al Casildazo, el martes 10 de enero de 2002, a las 8 hs., la Asociación de Usuarios de Servicios Financieros (ASUSERFI) elevó a las sucursales de los bancos en Casilda un petitorio para exigir, entre otros puntos, la suspensión de las ejecuciones hipotecarias.

Desde una mesa multisectorial compuesta por diferentes referentes politicos, empresariales, funcionarios, trabajadores y agrupaciones de usuarios y consumidores, y tras otras marchas realizadas, se convocó a una nueva movilización para el martes 15 de enero. Llegado el día, los vecinos se fueron sumando en cada esquina, y una columna de más de 10 mil personas fue recorriendo los bancos y las empresas de servicios públicos, que también cortaban sus servicios ante la falta de pago.

El clima social de angustia ante la asfixia económica eclosionó con actos de violencia contra las reparticiones antes mencionadas, en lo que se dio a llamar “El Casildazo II” (el primero se produjo en 1971). La ciudad volvió a la calma pasadas las 14 hs., y recién a las 16 hs. de ese mismo día, cuando ya toda la reacción ante la falta de respuestas había derivado en los destrozos, desde la sucursal del Banco Bisel, llegó la primera respuesta al petitorio de ASUSERFI.