Poetisa uruguaya considerada una de las voces más personales de la lírica hispanoamericana de principios del siglo XX. En su producción poética se encuentra una continua evolución que ha sido comparada al ciclo de la vida humana.

Juana de Ibarbourou (Fernández Morales, de soltera) fue una poetisa uruguaya considerada una de las voces más personales de la lírica hispanoamericana de principios del siglo XX. En sus inicios escapó a la influencia modernista, pero paulatinamente su poesía se desviste de pompas para ganar en efusión y sinceridad. En su producción poética se encuentra una continua evolución que ha sido comparada al ciclo de la vida humana; se ha dicho que "Las lenguas de diamante" (1919) equivalen al nacimiento a la vida, "Raíz salvaje" (1922) a la apasionada juventud, "La rosa de los vientos" (1930) a la madurez y "Perdida" (1950) a la vejez. En cada uno de esos libros, el paso del tiempo, en continua progresión, va adquiriendo una mayor importancia. "Estampas de la Biblia" (1934) y "Loores de Nuestra Señora" (1934) acusan una evolución religiosa. Su obra en prosa estuvo enfocada fundamentalmente hacia el público infantil; en ella destacan "Epistolario" (1927) y "Chico Carlo" (1944).