Las fuerzas armadas jamás toleraron el acuerdo entre Arturo Frondizi y Juan Domingo Perón que le permitió al líder del radicalismo intransigente llegar al gobierno, ni su posterior presidencia, ya que veían que podría abrirle las puertas del poder nuevamente Perón.

El 29 de marzo de 1962 las fuerzas armadas derrocaron a Arturo Frondizi, el líder del radicalismo intransigente que no pudo evitar ser fagocitado por el feroz antagonismo peronismo-antiperonismo que se había desatado en el país. Durante el gobierno de facto del general Pedro Eugenio Aramburu la figura de Perón dividió profundamente a las fuerzas políticas tradicionales. El radicalismo, símbolo del antiperonismo en la etapa anterior, se fracturó en dos sectores antagónicos: por un lado, el denominado “radicalismo del pueblo”, liderado por Ricardo Balbín; por el otro, el denominado “radicalismo intransigente”, comandado por Arturo Frondizi.

El derrocamiento de Frondizi fue la reacción del antiperonismo al pacto secreto celebrado entre Frondizi y Perón que le permitió al primero acceder a la primera magistratura. Las fuerzas armadas jamás toleraron ese acuerdo ni la posterior presidencia de Frondizi. Siempre la vieron como una peligrosa desviación de la Revolución Libertadora, como una experiencia de gobierno que podía abrirle las puertas del poder nuevamente a Perón, lo que resultaba inadmisible e inaudito. El gobierno de Frondizi fue visualizado por el antiperonismo como una traición a los principios que enarbolaron las fuerzas armadas al derrocar a Perón. Por eso lo destituyeron tirando por la borda una posibilidad inmejorable de que el país ingresara al mundo del desarrollo. El golpe de 1962 hizo retrotrae al país a noviembre de 1955 cuando Aramburu y Rojas desplazaron a Lonardi e implantaron el jacobinismo antiperonista. El derrocamiento del líder desarrollista no hizo más que poner en evidencia lo difícil que le estaba resultando al antiperonismo ejercer el poder al margen del peronismo. Lo que aconteció el 29 de marzo de 1962 demostró la impotencia del orden conservador de crear una fuerza política popular capaz de eclipsar la figura de Perón. Frondizi fue depuesto por el miedo y la desesperación que se habían apoderado de un antiperonismo que se había juramentado exterminar todo lo que oliera a peronismo.