La propuesta busca romper «el sinsentido de vivir en un país productor de alimentos, donde no solo son caros para quienes pueden comprarlos, sino que también resultan inaccesibles para los más necesitados”.
Juan Monteverde, presidente de la Fundación Ciudades Sin Miedo, en una entrevista con Rosario/12, describió la reciente creación de la Empresa Pública de Alimentos (EPA) como un intento de abordar una paradoja dolorosa: “Rompamos el sinsentido de vivir en un país productor de alimentos, donde no solo son caros para quienes pueden comprarlos, sino que también resultan inaccesibles para los más necesitados”.
La EPA surge como una colaboración entre la Fundación, la Federación de Cooperativas Federadas (Fecofé) y sindicatos locales. Su objetivo es impactar en ambos extremos de la cadena alimentaria: reducir hasta un 40% los precios para los consumidores y garantizar mejores ingresos para los productores.
Con sede en una planta ubicada en la zona sudoeste de Rosario, la EPA funciona como un centro de acopio, fraccionamiento e industrialización de alimentos. Monteverde subrayó que esta iniciativa busca solucionar un problema persistente en Argentina: “Ni las políticas públicas estatales ni el desarrollo del mercado han logrado garantizar el acceso equitativo a los alimentos en un país que se especializa en producirlos”.
Argentina ocupa el octavo lugar mundial en superficie territorial y el cuarto cuando se considera la cantidad de hectáreas cultivables por habitante. A pesar de estas ventajas, el país enfrenta desafíos como la migración del campo a las ciudades, altos precios de los alimentos y la exclusión de amplios sectores de la población.
Frente a esta situación, la Empresa Pública de Alimentos elabora “cajas” de productos. La “semanal” a $8.800 -que tiene aceite, puré de tomate, arroz, lentejas-; la “mensual” a $17.500, otra para el “desayuno” que se comercializa a $12.000. Fracciona alimentos, los envasa, produce otros -como la polenta- con su molino y la maquinaria para elaborarla, y los distribuye.
“Hicimos una alianza virtuosa con Fecofé y logramos con este primer producto bajar un 40 por ciento los precios, pero comprado no con las primeras marcas de los hipermercados, que sería fácil, sino con las segundas y terceras”, asegura Monteverde.
Las cajas se comercializan a través de acuerdos con sindicatos -en un principio los docentes, Amsafé, Sadop y Coad- pero también se venden al público por medio de la web https://epa.coop.ar/