¿Qué sucede con la conservación de suelos en el país?

El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) Casilda, a raíz de celebrarse hoy el Día Nacional de la Conservación de Suelos, compara la situación de Argentina con la de Estados Unidos y Uruguay, y explica el porqué del éxito y el fracaso en cada país.

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Al conmemorarse hoy, viernes 7, el Día Nacional de la Conservación de Suelos, establecido en memoria del fallecimiento del Dr. Hugh H. Bennett, quien fuera considerado el padre de la conservación de los suelos, creemos necesario realizar un repaso de lo ocurrido en nuestro país sobre esta temática.

En Argentina, el Ing. Agr. Casiano Quevedo fue un pionero en abordar esta problemática, estudió y trabajó en Estados Unidos con Bennett. Al regresar al país, se propuso lograr lo mismo que Bennett en Estados Unidos. De esta manera, en 1964, junto con otro colega, Jorge Ipucha Aguirre, elaboraron y presentaron un proyecto nacional para la conservación de suelos. Lamentablemente, poco de lo que proponían se realizó.

Diferente fue el caso de Uruguay que, entre 2005 y 2012, logró establecer un programa de regulación de uso del suelo. El mismo fue adoptado por todos sus productores agrícolas, mediante la aprobación y ejecución de un Plan de Uso y Manejo de suelo para cada lote, que respondía a las prácticas aceptadas de conservación. Este programa se inició con José Pepe Mujica como ministro de Agricultura, y fue continuado por tres ingenieros agrónomos imbuidos de la misma idea que Mujica.

La diferencia entre el éxito, de Estados Unidos por Bennett y de Uruguay por Mujica, y el fracaso de Argentina se debe a la falta de voluntad política de conservar los suelos de nuestro país. Es de amplio conocimiento que la relación de la sociedad argentina con el suelo es la explotación agropecuaria, que destruye el suelo. Sin embargo, también es conocida la propuesta del sistema nacional de Ciencia y Técnica para reemplazarla, que es la agricultura de conservación, para utilizar el suelo conservándolo.

Es necesario remover las causas de esa indiferencia frente al deterioro de los suelos. Estas causas son producto de una mezcla de desesperación e ignorancia del sector agrario nacional, que no duda en sacrificar su mejor capital, la tierra, para obtener ganancia de forma más fácil y más rápida.

En resumen, la sociedad agraria nacional en conservación de suelos atrasa medio siglo. Esta dramática situación sólo se supera con liderazgo y voluntad política.

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