Cantante, músico, compositor y productor discográfico, uno de los íconos del rock. Desde chico que a Andrés lo monstruoso como desafío de cantor/músico/compositor le quedó en su talla.

“Si te dicen que duermo de día
y es verdad… es verdad,
no te olvides que soy grande
porque tengo multitudes
que me esperan afuera”

Como lo marca la tinta en su brazo, es un 22 de agosto que nació en Buenos Aires Andrés Calamaro, ciudadano del mundo.

Desde chico que a Andrés lo monstruoso como desafío de cantor/músico/compositor le quedó en su talla. Por eso es suyo el futuro, por “prepotencia de trabajo”, como escribió Roberto.

Fue (es) Abuelo de la mano de Miguel y Rodriguez en España, con su piano entre guitarras de Infante y de Rot.

Con Alta Suciedad instauró una mueca de asombro, una almohada de plumas, una enciclopedia de metáforas e imágenes, una clase de literatura y otra de música. Honestidad Brutal fue un trabajo maratónico sólo superado por El Salmón (5 discos), en los que se hace carne -antes de ellos también-, una renovación lírica y rítmica, con el decir actualizado de una generación, y a la vez con una entonación rea y criolla que le imprime al universo su sello de argentino.

Siguieron y precedieron a éstos otros muchos discos suyos y, en estos días, en Las Vegas terminó de grabar su próximo álbum.

Infinitos seres humanos compartieron escenario con él: Hoy citamos a Juanjo Domínguez y a Virgilio Expósito. (Omar Falabrini)