Había asumido la presidencia de Paraguay democráticamente el 20 de abril de 2008. 

Bajo los cargos de "mal desempeño en sus funciones", Fernando Lugo, quien asumió la presidencia de Paraguay democráticamente el 20 de abril de 2008, se vio obligado a dejar el cargo por un juicio político calificado de exprés e impulsado por la oposición. "Hubo un golpe de Estado parlamentario en el que los argumentos para un juicio político no tienen ningún valor y fueron rebatidos ampliamente por los defensores", denunció y agregó: "Han destituido a la democracia del Paraguay".

Federico Franco, vicepresidente de Lugo, fue el que asumió ilegalmente la presidencia de la República y abrió una línea de gobierno que sería profundizada por el actual mandatario, Horacio Cartes, con el creciente endeudamiento a través de los “bonos soberanos” y la acelerada liberación de productos transgénicos sin seguir los protocolos establecidos en la ley. Su gestión terminó como una de las más impopulares de la llamada “transición democrática” y que estuvo sumida por múltiples escándalos de corrupción.

Luego de estar en silencio, Fernando Lugo volvió a la política en el año 2013 con un lugar en el Senado por el partido Frente Guasú. El 22 de abril de 2018 fue reelecto por un periodo más.

El golpe de Estado parlamentario a Lugo formó parte de la estrategia impulsada por Estados Unidos para el restablecimiento de la derecha neoliberal en la región, al igual que el juicio parlmentario en Brasil y que llevó a la destitución de Dilma Rousseff.