18/09/1969 - Fin del Rosariazo

Los manifestantes se dispersaron en grupos pequeños para dificultar la tarea represiva. El Ejército intervino para controlar la situación, y fueron enviados más efectivos al mando de Leopoldo Galtieri para poner fin a las manifestaciones.

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En mayo, Rosario vivió un primer Rosariazo, anticipándose al Cordobazo del 29. Tras la movilización de los estudiantes correntinos contra la privatización del comedor universitario y el asesinato del estudiante Cabral, los estudiantes rosarinos se movilizan enfrentando la represión que mata al estudiante Bello. En la sede rosarina de la CGT de los Argentinos, obreros y estudiantes organizan una movilización para el 21 de mayo: una multitud enfrenta la represión y muere el joven trabajador metalúrgico y estudiante Luis Blanco; las fuerzas de seguridad son desbordadas. Las dos CGT declaran un paro general para el 23. El estado de movilización se mantiene y estallará nuevamente en setiembre.

Este "segundo Rosariazo” será motorizado por la intervención del proletariado. El ministro del interior ordenó la suspensión de los trabajadores ferroviarios que hubiesen participado de los paros de los días 23 y 30 de mayo. La huelga por tiempo indeterminado estalló en el ferrocarril Mitre el 8 de setiembre y se extendió a otras provincias y la Capital Federal.

Mientras tanto, los estudiantes se preparaban para conmemorar en todo el país el tercer aniversario del asesinato por la dictadura de Onganía, en 1966, del estudiante Santiago Pampillón. En Rosario, se realizó una movilización al centro de la ciudad. La semana culminó con un paro activo en todas las universidades del país.

El 12 de setiembre la comisión coordinadora de la Unión Ferroviaria resolvió continuar la huelga por tiempo indeterminado. El paro fue declarado ilegal y la CGT de Rosario anunció una huelga general.

El día 16 comenzó el paro activo. Los universitarios declararon un paro de 48 horas y se sumaron a las manifestaciones. Las fuerzas de seguridad comenzaron a actuar inmediatamente. Cerca de 30.000 manifestantes ocuparon parte de la ciudad.

Los manifestantes se dispersaron en grupos pequeños para dificultar la tarea represiva: los frentes de lucha se multiplicaron en el conjunto de la ciudad. Instalación de barricadas, hogueras, quema de autos, ataque a establecimientos abiertos y bancos.

El Ejército debe intervenir para controlar la situación. Como subsistían focos de resistencia, el día 18 fueron enviados más efectivos al mando de Leopoldo Galtieri, poniendo fin al Rosariazo.