El 29 de enero de 1962, el presidente Arturo Frondizi y los tres secretarios militares firmaron un acta comprometiéndose a la proscripción de Juan Domingo Perón: «El retorno de Perón es imposible». Volvieron a habilitar el decreto 4161, que ilegaliza el peronismo (que en las últimas elecciones libres, en 1954, había ganado por el 62 % de los votos), y volvió a quedar prohibido pronunciar el nombre de Perón (que la dictadura mencionaba elípticamente como «el tirano prófugo»).