30/05/1431 - Queman viva a Juana de Arco

La epopeya de esta hija de campesinos comenzó con la aparición del arcángel Miguel, que protegía el reino de Francia, y al escuchar las voces de Santa Catalina de Alejandría y de Santa Margarita, que la guiarían a lo largo de su breve vida. En 1920 fue declarada santa por el papa Benedicto XV.

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La extraordinaria epopeya de esta hija de campesinos comenzó con la aparición del arcángel Miguel, que protegía el reino de Francia, y al escuchar las voces de Santa Catalina de Alejandría y de Santa Margarita, que la guiarían a lo largo de su breve vida. Juana de Arco podría haberse convertido en una mística, como santa Teresa de Jesús, pero estos mensajes divinos la incitaron a la acción; debía unirse al ejército del rey de Francia y recuperar los territorios ocupados por los ingleses como consecuencia de la guerra de los Cien Años (1337-1453).

La mañana del 30 de mayo de 1431 fue atada a una estaca y quemada viva en la plaza del Mercado Viejo de Ruán, al noroeste de Francia, y sus cenizas fueron arrojadas al río Sena. En 1920 fue declarada santa por el papa Benedicto XV.