La insurrección popular duró más de dos meses y fue la primera experiencia de gobierno socialista en Europa. La Comuna de París fundó las bases de un sistema político fundamentado en la democracia participativa como eje de la administración política y social.

En un contexto de miseria y explotación de la clase obrera, además del descontento que generó la derrota de Francia en la guerra con Prusia (actual Rusia), la Guardia Nacional y los obreros se apoderaron de París provocando la huída del gobierno. La insurrección popular de la Comuna de París duró más de dos meses y fue la primera experiencia de gobierno socialista en Europa.

El monarca Napoleón III cayó preso en la guerra Franco-Prusiana (que perdió Francia), hecho que le sirvió a los diputados para aprobar la III República en 1871. Aunque la instauración de una república parezca símbolo de libertad, fue un nuevo imperio el que tomó el poder y acabó en mayo de ese mismo año con la Comuna de París, a pesar de que el pueblo había cerrado la ciudad con barricadas para proteger la Comuna.

La insurrección de las clases oprimidas, el derrocamiento del poder establecido y el establecimiento del primer gobierno proletario del mundo planteó la posibilidad de una sociedad organizada desde abajo hacia arriba.

El espíritu reformista de la Comuna propició cambios en las formas de gobierno de Europa, como por ejemplo las horas máximas de trabajo y seguros sociales en caso de accidente y jubilación, para garantizar niveles “básicos” de seguridad social que hoy se conoce como el Estado de Bienestar en varios países.
La Comuna de París fundó las bases de un sistema político fundamentado en la democracia participativa como eje de la administración política y social.